Generalmente, la primera época es dura, incómoda, ansiosa. Hasta llegar a una planicie que permite disfrutar los momentos de silencio, de amplio espacio y de independencia.
Pero hay un tremendo riesgo: Acostumbrarse a estar solo. No querer levantar el trasero y conocer nuevos compañeros de viaje, porque se está demasiado cómodo en soledad.Este acostumbramiento, incluso, nos puede hacer menos propensos a compartir y a pedir ayuda.
‘Hay algo malo dentro de mí, una especie de programa con error’, dicen aquellos que llevan mucho tiempo solos. Pero no es eso. Es que quizás el acostumbramiento (y tener una buena conexión a Internet) nos aísla aún más.¿La solución? Darse cuenta que hay gente que vale la pena. Personas que te sacan del inmovilismo, porque te pueden hacer más completo de lo que eres en solitario.
El desafío: Abrirse a esa posibilidad.
En cuanto a mí, estoy bien, me siento bien, pero es este un planeta muy inmenso como para estar solo.
Bien.. no sabes, cuanto te entiendo... y si terminas por acostumbrarte a la soledad..
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, incluso la relación con uno mismo puede terminar convirtiéndose en un “matrimonio viejo y sin amor”, pero creo que muy pocos llegan a eso. La mayoría puede pasar toda su vida solos, pero sin llegar a eso. El problema aquí (Creo) radica en la esperanza: Esperanza de que hay algo mejor, de que es mejor estar acompañado que solo, y si se cree que estar solo es mejor, cuando estés solo te preguntaras ¿Mejor que qué? ¿Por qué no estoy “mejor”? En palabras de Nietzsche “La esperanza es el peor de los males de los humanos, pues prolonga el tormento del hombre”
ResponderEliminarQué asertivo... Eres seco, saludos!
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