jueves, 11 de agosto de 2011

EL OVNIOLEGO

Es obvio, aunque no de perogrullo. Existe una inmensa mayoría silenciosa de seres “comunes” que no somos letrados en materia de ufología.

Sin embargo, somos los integrantes de este Tercer Estado quienes nos maravillamos y decepcionamos a diario con la serie de informaciones, apariciones, abducciones y aberraciones que en el área “extraterrestre” emerge desde hace años.

En lo personal, después de casi 3 décadas como receptor, parece muy poco lo que se puede sacar en limpio.

Las fantásticas historias de supuestos ET, nunca existieron. Eran globos sonda, cometas, meteoritos, satélites, aviones, centrales eléctricas, auroras, reflejos en vidrio, estrés, drogas, trucos, juguetes, mentiras.

Pura mala intención. O ignorancia. O necesidad de trascendencia.

Durante mis años, he oído a varios “expertos” –nacionales y extranjeros- en estos temas. Y, desde mi punto de vista no letrado, he logrado distinguir dos tendencias claras:

- Una que cuenta con pleno acceso a todos los medios de comunicación, TV incluida por supuesto. Lo saben todo, lo creen todo e intentan convencernos de ello. Ofrecen imágenes, fotos, “pruebas”. Si bien nunca estuvieron en el lugar de los hechos, una fuente secreta les ha confirmado todo. Algunos escriben libros famosos y se sienten un poco profetas. Cuentan con un gran número de seguidores y son amados por todos nosotros, por poner en riesgo su integridad y vida para acercarnos a la Verdad.

- Una más anónima, oscura, fuera de lugar. Que se manifiesta principalmente en pasquines, revistas de números limitados, redes virtuales y, a veces, radio. No, no frecuentan la TV; no quiero asegurar que no la conocen. Son impopulares, poco masivos. ¿Cómo se les ocurre poner en jaque casi la totalidad de nuestros emblemáticos encuentros con seres extraterrestres? ¿Cómo se atreven a desmentir y desmitificar a nuestros maestros en ufología? Estos singulares seres se multiplican poco a poco, lo cual para algunos resulta muy peligroso.

En verdad, ignoro si existen otras tendencias, grupos o denominaciones. Pero lo que sí sé es que, después de creer tanto en las historias relatadas por los gurúes de la primera corriente, con el tiempo he sido atrapado por las sabias redes del escepticismo.

Todo lo demás es simplemente una acumulación de árboles mitológicos que no dejan ver ni bosques ni cielos, ni tierra.

Desconozco si los ET existen o no, o de dónde provendrían, o si algún gobierno oculta o no información. Sólo puedo asegurar, como insignificante lego, que por culpa de los grandes lucradores de la ingenuidad humana, si existe algo de verdad en todo lo especulado en torno al llamado Fenómeno OVNI, tal como un ya ancestral cuento del lobo, difícilmente le daremos crédito.

Por eso, señores ufólogos, este humilde ovniólego les pide: Dejen de creer y prejuzgar, descarten todo lo explicable, no dogmaticen lo inexplicable, agoten las búsquedas, y no jueguen con la gente. Si necesitan dinero, mejor trabajen. Gracias.

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